Toda acción humana posee un componente interpretativo que surge desde el lenguaje, es decir, cada persona actúa interpretando lo que otra dice, por lo tanto, no deberíamos subestimar la importancia de hacernos responsables de lo que decimos y de cómo lo hacemos, porque de esto va a depender la actitud de quien recibe nuestro mensaje.
Es muy importante reconocer que somos los únicos responsables, no sólo de lo que estamos diciendo sino de lo que el receptor interpreta, porque ese es realmente el resultado del mensaje que estamos transmitiendo.
Para que un mensaje sea coherente, quien lo emite, debería hacerlo, partiendo de tres aspectos fundamentales: lenguaje – emoción – corporalidad, estos componentes forman una congruencia, que si está en línea nos permitirá expresarnos de una forma que dejará muy poco margen para ser mal interpretada.
¿Qué quiero decir con esto? Si emites un mensaje serio e importante pero el lenguaje que empleas no está acompañado de emoción y corporalidad, seguramente no van a recibir este mensaje como esperas, igualmente si haces una presentación formal con tu tu cuerpo y tus gestos, pero usas un lenguaje poco serio, definitivamente no estarás transmitiendo lo que en realidad querías.
La base para la consolidación de las relaciones (de cualquier tipo) es la comunicación, y la responsabilidad en la interpretación de un mensaje depende, desde mi punto vista, del tipo de comunicador que estamos siendo, y de nuestra capacidad para hacernos cargo de lo que transmitimos.
Por un mundo con mensajeros cada vez mas responsables ❤
Gracias por leerme,
Kaht.
Saludos, amiga Kahtrin, me ha parecido sumamente interesante esta publicación.
Comunicación, ¡cuán controvertida puede ser! La efectividad en la emisión, codificación, recepción y decodificación del mensaje es fundamental para poder hablar de entendimiento e interacción. Muchas personas intepretan erróneamente un mensaje, lo que da lugar a malentendidos que podrían, en casos extremos, llegar a ser catastróficos.
Quien emite el mensaje, en mi opinión, sí tiene la gran responsabilidad de darse a entender correctamente pues, en caso contrario ¿cuál sería el objeto de producir un discurso colmado de figuras retóricas o malabarismos lingüísticos que dan al traste con la objetividad del mensaje?
Reitero que me encantó este escrito tuyo, amiga, porque toca un tema bastante sensible; es que los seres humanos, por influencias del entorno, el estado mental o las condiciones emocionales, solemos interpretar erróneamente muchas señales que recibimos, no solamente mensajes de otras personas, sino mensajes de todo el entorno, incluso los internos. Es por eso que estoy completamente de acuerdo con tu planteamiento de que el mensaje transmitido debe estar acompañado de emoción y corporalidad.
Saludos, amiga.
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¡Gracias Rolando! Mil gracias, no solo por leerme sino también por tu magnífico aporte.
Un abrazo.
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Kahtrin
Muy bueno y claro tu articulo, es un poco como vos decís, a veces no somos buenos comunicadores de lo que decimos y el otro nos mal interpreta.
Deberíamos hablar menos y escuchar más, vital idea para comenzar a comunicarnos más claramente
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Escuchar es la clave para una mejor comunicación. Gracias Nestor! Un abrazo.
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