Hoy 7 de diciembre del 2015, uno de los días mas felices para gran parte de los venezolanos desde hace 17 años, se me hace justo y necesario escribirte.
Primero quiero agradecerte por arropar mi niñez, por darle a mis padres un lugar para soñar, por brindarles la oportunidad de una nueva vida y por ser mi cuna.
Pero te escribo principalmente para pedirte perdón…
Perdón por haberte perdido la fe y la esperanza.
Perdón por creer que todo mi esfuerzo por ti había sido en vano.
Perdón por no haber resistido y haberte abandonado.
Perdón por compararte con otros.
Perdón por no esperar y creer que había luchado lo suficiente.
Perdón por el rencor que sentí por los que pensaban distinto.
Creí que te había dado todo mi amor, cada vez que la naturaleza decidió sacudirte estuve ahí para cada uno de mis hermanos venezolanos, Cariaco y Vargas fueron testigo de mi compromiso contigo, pero fui arrogante y egoísta, esperé mas de ti y te abandoné cuando más me necesitabas. Te juzgué y te condené sólo por la ideología de algunos. Pasé los últimos diez años de mi corta vida protestando, levantando mi voz, tratando de defenderte y me cansé.
Hoy quiero agradecer a todos los que me han devuelto la fe y la esperanza, a todos aquellos de cualquier ideología política que teniendo la oportunidad de irse no lo hicieron, ofrezco mil disculpas a los que juzgué por pensar diferente.
Agradezco a todos los que están afuera y siguen luchando y creyendo, a todos los que ayer tuvieron la posibilidad económica de viajar para votar.
Venezuela, hoy te pido perdón, por ahora voy a seguir preparándome, voy a aprovechar todas las herramientas que la vida me ha dado para ser cada día mejor y voy a intentar volver con todo el valor que me hizo falta para quedarme.
Con todo mi amor,
Kahtrin Melinger.
Kahtrin Melinger 